Cuando el Señor nos llama a servirle, es como el comienzo de una carrera a pie. Estamos emocionados, llenos de fuerza y listos para correr. Sin embargo, poco tiempo después, descubrimos que se necesita más que nuestra emoción inicial si queremos durar los próximos 20, 30 o 50 años. Y se necesita, aún más, para finalmente cruzar la línea de meta y ganar el premio. El propósito de este curso y todos nuestros cursos es equipar a aquellos a quienes Dios ha llamado con sólidos conocimientos bíblicos y doctrina. Todos deben primero considerar y comprender su llamado y luego encontrar el valor y la fuerza, a través de la gracia de Dios, para perseverar hasta que Él haya cumplido Su propósito a través de nosotros. Seguramente no habrá mayor gozo para nosotros que un día para exclamar, como Pablo: “He peleado una buena batalla, he terminado mi carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4: 7).

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