Proverbios es principalmente "Proverbios" como su nombre lo describe, también hay algunas parábolas y poesía. Este libro fue escrito principalmente por Salomón, el rey más sabio que jamás gobernó; sin embargo, algunas de las últimas secciones están escritas por Lemuel y Agur. Fue escrito durante el reinado de Salomón 970-930 aC Él le pidió a Dios sabiduría para gobernar la nación de Dios y Él le concedió la petición. El propósito principal de este libro es enseñar sabiduría al pueblo de Dios. Los proverbios son breves explicaciones ingeniosas, que son fáciles de recordar. Contienen perogrulladas. Estas son cosas que suelen ser ciertas, sin embargo, no siempre. Por ejemplo, “El que labra su tierra tendrá pan en abundancia” (12:11), es típicamente cierto que el que labra su tierra tendrá pan pero no es garantía de que siempre sea cierto. Se ocupan de la vida, los principios, el buen juicio y la percepción. A menudo hacen distinciones entre un hombre sabio y un hombre necio con ejemplos tipo parábola. • En los capítulos 1-9, Salomón escribe acerca de la sabiduría para los jóvenes. Habla de los detalles de una vida piadosa y de prestar atención al consejo de los padres: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (1:7). La salvación es a través de la fe y la confianza solo en Jesucristo y Proverbios nos enseña directamente a: “Fíate de Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (3:5-6). • En los capítulos 10-24, hay sabiduría que se aplica a la gente común y cubre varios temas. Muchas de estas parábolas contrastan a un hombre justo y un hombre malvado y nos instan a encomendar nuestro camino a Dios: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte” (14:12). • Capítulos 25-31, dan sabiduría a los líderes. Fueron estos mismos proverbios los que fueron transcritos por el pueblo del rey Ezequías, y por una buena razón (25:1). Contienen muchas advertencias e instrucciones para ayudar a caminar y buscar una vida piadosa. Como lo entendería un líder de un ejército, Salomón escribe en 27:17: “Hierro con hierro se aguza, así uno con otro se aguza”.

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